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El trabajo manual de un fisioterapeuta se ha basado en la observación y la palpación como elemento de medida, donde posibilidad cuantificar los cambios  se hace complicada y muchas veces la diferencia entre observadores, hace que el punto de referencia de una cada uno de ellos, haga del análisis un elemento único y subjetivo. El desarrollo de un lenguaje común dentro de una modalidad terapeútica, es básico para la comunicación intracomunidad, pero genera desprestigio y en muchos casos, da la oportunidad a qué cualquier persona se anote un supuesto avance o descubrimiento.

El trabajo de la escuela desde su creación  ha sido la creación de puentes entre diferentes profesionales, escuchando y aprendiendo sin parar para poder aportar esos avances a nuestros alumnos.

El papel que nos ha tocado es el de buscar procedimientos técnicos evaluables objetivamente y la búsqueda de profesionales que estén habituados a su uso.

En este proceso de búsqueda, el curso 16/17, va a ser un año de grandes sorpresas y avances.

Dentro de estos trabajos y profesionales, nos encontramos con el trabajo del Doctor Antonio Bermudo. Quien nos presenta como una valoración postural integral, va muchos más  allá.

La medición del equilibrio postural y estático se relaciona de forma clásica con el ojo, oído interno, boca y pie, organizándose en el cerebro para generar un control automático y dinámico.

El Dr. Bermudo propone una relación bioquímica con el control postural, asociando respuestas corporales de variaciones de cambio de tono entre hemilados corporales, que quedan reflejados en las gráficas de las plataformas estabilométricas como torsiones corporales .

Si retomamos la definición AR, y la descripción hecha por unos de los profesores de la escuela, Raphael Van Assche, como una variación de tono muscular entre cada uno de los lados corporales, suscita una clara analogía en cuanto a la vía de respuesta que está usando el cuerpo.

Está pregunta también le surgió al Dr. Bermudo, y encontró que siempre que observaba una torsión del cuerpo se generaba una diferencia de la longitud de los brazos, un AR.