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Hola a todos, soy Sonia Urrea y quiero compartir con vosotros una reflexión.

Todos nosotros trabajamos con el tejido y la experiencia nos hace darnos cuenta por la respuesta, la vitalidad, los cambios que se producen en éste, si hay o no remodelación, si nuestra técnica esta siendo o no  eficaz, pero…seguramente muchos de vosotros os hayáis preguntado alguna vez ¿porqué hay tejidos que están tan duros, tan densos en los que, a pesar de estar mucho tiempo manteniendo el estímulo, no se producen cambios?. La sensación es como si no hubiera vida en ellos….

Es curioso que cuando estudiamos en la universidad o en muchas de las formaciones que hacemos en nuestra trayectoria profesional no se hable de la importancia del medio interno en la integridad, bienestar y capacidad de recuperación de los tejidos en general y que sigamos buscando la manera de estimular o recuperar el tejido sin tener esto en cuenta.

Lo que garantiza su bienestar es su nutrición, oxigenación y drenaje. Cada célula, sea del tejido que sea, necesita poder hacer estas tres funciones para desempeñar su papel correctamente, da igual que hablemos de músculos, tendones, huesos, etc.

Si nuestro medio interno, nuestra sangre, nuestro fluido extracelular, nuestra matriz esta sobrecargada de toxinas u otras sustancias que no deben estar allí, vengan éstas de la alimentación, de la contaminación ambiental o de nuestro propio metabolismo, etc. nuestras células no podrán alimentarse, ni respirar, ni limpiarse, vivirán en un medio ambiente tóxico, ácido, en el que la vida es mucho mas difícil.

A esto me refiero cuando la terapia manual se enfrenta a ese tejido que no responde, que esta duro, inflamado, que no remodela, que no cambia bajo nuestras manos.

Nos hemos olvidado de que para que el medio interno pueda estar en buenas condiciones y por ende nuestros tejidos, hay unos órganos de drenaje que requerimos que funcionen a la perfección, o al menos, lo mejor posible.

Sin un hígado que depure la sangre correctamente, sin unos riñones y un intestino que eliminen bien los productos de desecho líquidos y sólidos, sin una barrera intestinal que haga su correcta función de filtro selectivo y una Microbiota que la cuide y repare, los que nos dedicamos a la estructura y a la mecánica estamos atrapados ya que con las manos solo, muchas veces no llegamos, no es suficiente.

Si elegís formaros con nosotros hablaremos y aprenderemos mucho sobre todo esto.

Un gran abrazo a tod@s.

Sonia Urrea.